El Combate Naval del Morro de La Habana, 4 de abril de 1824. Apogeo del poder naval colombiano en el Caribe

 


Antecedentes y naves contendientes

            Después de la victoria patriota en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823, la Real Armada Española se replegó a sus apostaderos en Cuba y Puerto Rico, dejando el control de la costa caribeña sudamericana a la emergente armada de la República de Colombia.[1] Como consecuencia directa de esto, la armada colombiana pudo bloquear efectivamente Puerto Cabello, la última plaza fuerte española en el norte de Sudamérica, la cual fue rendida el 8 de noviembre de ese año. A partir de ese momento, la armada colombiana pasó a la ofensiva en el Mar Caribe y el Océano Atlántico, tanto con las acciones de corsarios, que atacaban el tráfico mercante español entre la Península y Cuba y Puerto Rico; como por los cruceros realizados por naves de pequeño y mediano porte de la marina regular, verdaderas “operaciones de búsqueda y destrucción” de naves enemigas, fuesen mercantes o militares.

            Para comienzos de 1824 se formó una pequeña pero potente división naval, conformada por las corbetas Boyacá y Bolívar, bajo el mando del capitán de navío Renato Beluche, un veterano marino al servicio de los patriotas desde 1815, oriundo de Nueva Orleans (Estados Unidos), y que había tenido una destacada participación en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo. Esta división tuvo su primera captura destacada el 12 de febrero de 1824, cuando apresaron al bergantín Boston, de bandera inglesa y capitaneado por Alexander Murdock, que iba en ruta de Trinidad a Gibraltar cargado de cacao; y un bergantín francés llamado Bonne Sophie, capitaneado por Chevanche del Havre-de-Grace, en ruta a Martinica y cargado de especias. Ambos buques habían sido apresados por un pirata español armado en Puerto Rico. Beluche no pudo atrapar al pirata, que escapó, y liberó a los buques y sus tripulaciones. Pero, llegados a este punto, debemos reseñar a estas dos corbetas.

            La Boyacá, originalmente HMS Spey, era una corbeta de sexta categoría, construida por James Warwick y terminada en 1814 por encargo de la Marina Real Británica al final de las Guerras Napoleónicas, que sirvió en las estaciones navales de Malta y Santa Elena. Vendida a la República de Colombia en 1822, fue rebautizada como Boyacá, en honor de la batalla homónima librada en 1819. Estaba armada con 22 carronadas de 36 libras, tenía una tripulación de 140 hombres aproximadamente, desplazaba 463 toneladas, medía 35,3 m de eslora, 9,1 m de manga y 2,6 m de calado. Aunque un poco vieja, la Boyacá seguía siendo una nave de respetable poder de fuego en manos de un buen comandante y con una tripulación experimentada. Para abril de 1824 su comandante era el teniente de navío Thomas Brown, originario de Escocia, quien había estado al servicio patriota desde 1816, reclutado por el mismo almirante Luis Brión.[2]



            Por su parte, la Bolívar fue adquirida nueva a mediados de 1822 en Estados Unidos. Su nombre original era Hércules, y había sido construida por Henry Eckford e Isaac Webb. Eckford era uno de los mejores diseñadores de buques de guerra del mundo en ese momento, habiendo entregado buques para la Armada de los Estados Unidos desde la Guerra Anglo-Estadounidense de 1812 – 1815 y continuando activo hasta más allá de 1827, contándose en su haber otros buques que fueron vendidos también los Estados Unidos, la antigua República de Colombia, el Imperio de Brasil y el Imperio Otomano. Por su parte, Webb fue un aventajado alumno de Eckford, asistiéndole en algunas de sus mejores creaciones.



            La Bolívar tenía tres mástiles y dos cubiertas artilladas, medía 37,8 m eslora, 9,1 m de manga, 4,3 m de calado y desplazaba 497 toneladas, siendo bastante rápida y fuerte para el combate.[3] Estaba armada con 24 carronadas de 32 libras y 2 cañones de 24 libras, y requería una dotación de 220 hombres El famoso escritor estadounidense de origen irlandés, que fue coronel del ejército de Estados Unidos y activista en pro de la independencia latinoamericana, autor del libro A visit to Colombia, in the years 1822 & 1823, by Laguayra and Caracas, over the Cordillera to Bogota and thence by the Magdalena to Cartagena (Viaje a la Gran Colombia en los años 1822 – 1823 de Caracas y La Guaira a Cartagena por la cordillera hasta Bogotá) llegó a La Guaira a bordo de dicho buque[4], y comentó sobre el mismo:

 

Puesto que la corbeta iba a ser entregada solamente en La Guaira, traía las barras y estrellas [la bandera de EE.UU.] […] La Hércules, que después de su traslado tomó el nombre de Bolívar, llevaba veinticinco cañones de 32 libras, como los que suelen llevar las corbetas estadounidenses; además de dos cañones de latón de 24 libras en su castillo de proa. Su tripulación constaba de 220 marineros, principalmente de la tripulación recientemente dada de baja U.S. Macedonian.[5]

 


            Esta unidad fue en su momento el mejor buque de guerra de la República, y siguió prestando servicios destacados en los años siguientes. Para abril de 1824 su comandante era el teniente de navío John Clark, oriundo de Baltimore (Estados Unidos). Clark había entrado al servicio de Colombia en 1822, justamente como segundo oficial de la Bolívar, por lo que conocía perfectamente el buque y sus capacidades. Buena parte de los tripulantes originales de 1822, provenientes de la corbeta USS Macedonian, seguían sirviendo en el buque. En resumen, podríamos decir que la Bolívar era la mejor corbeta de la armada colombiana, y quizá su mejor buque en general, de reciente construcción, bien armado, veloz y con una tripulación curtida.

            El buque al que estas dos corbetas colombianas se enfrentarían era la corbeta Ceres. Ésta era una corbeta de quinta categoría, construida en Estados Unidos para la Real Armada Española en 1818, siendo parte de los últimos esfuerzos de la Corona por mantener sus capacidades navales tras la derrota de Trafalgar de 1805, la invasión napoleónica y los años de desgaste por las guerras en Hispanoamérica. La Ceres montaba 36 cañones de 18 y 12 libras, con una tripulación de 286 hombres, bajo el mando del teniente de navío Martín María de Espino, quien fue apresado tras el combate y posteriormente liberado en Puerto Cabello.

            La Ceres era la mejor nave de su categoría en la Escuadra de la América Septentrional – comando naval español para el Caribe –,  y ya había visto acción en costas colombianas casi un año antes, cuando se libró el Combate Naval de Isla Larga, el 1º de mayo de 1823, y en el cual la Ceres, acompañada de la fragata Constitución, capturó a las corbetas colombianas Carabobo y María Francisca, que bloqueaban Puerto Cabello, aún bajo control español. En dicho combate los españoles también capturaron al capitán de navío John Daniel Danels, e hicieron huir al capitán de navío Renato Beluche, siendo este combate un preliminar decisivo para la Batalla Naval del Lago de Maracaibo; al final, una victoria táctica española pero estratégica colombiana. Ahora, Beluche tomaría la revancha contra esta nave.

 

El crucero y el combate

            El 4 de marzo de 1824 las corbetas Bolívar y Boyacá zarparon de Puerto Cabello escoltando al navío de línea Libertador hasta Cartagena. De allí estas dos corbetas partieron hacia el norte, rumbo a aguas cubanas, a la caza de buques españoles, estando al mando de dicha escuadrilla el capitán de navío Renato Beluche. Esta vez, la pequeña división naval buscaba impedir cualquier operación contra el litoral colombiano por parte de lo que restaba de la flota española basada en La Habana, al mando del capitán de navío Ángel Laborde y Navarro, quien planeaba atacar las costas venezolanas y neogranadinas a fin de hacerse con alguna cabeza de playa y emprender la reconquista del territorio.[6]

            El momento cumbre de este crucero se dió con el enfrentamiento de la Boyacá y la Bolívar con la referida corbeta española, el 4 de abril de 1824. El combate ocurrió cuando las dos corbetas colombianas estaban fuera del puerto de La Habana, al mediodía del domingo 4 de abril. La Bolívar y la Boyacá avistaron un buque que avanzaba hacia ellas, reconociendo a las 2:00 pm que era la corbeta Ceres, la misma que había combatido contra el bergantín Independiente el 1º de mayo de 1823 en Isla Larga, y que había ayudado a capturar las corbetas Carabobo y María Francisca, junto con el CN John Daniel Danels. Así reportó la batalla el teniente Booth, comandante de la infantería de marina a bordo de la Bolívar:

 

En ese momento la Boyacá estaba dos millas hacia atrás, y estando bajo fuerte presión del viento, llevó lejos su foque; nosotros hicimos frente para ayudarla. A las 3 en punto pm. ambos buques corrieron contra el viento; el buque español se fue hacia La Habana con las velas inferiores recogidas. A las 7 pm. ambos buques fueron a su persecución, a medio tiro de pistola, la Boyacá (estando a sotavento de la Bolívar y la Ceres manteniéndose lejos) fue a la acción con valentía y estilo con una andanada bien dirigida, y grueso fuego de fusilería, el cual fue contestado por cerca de 12 minutos, cuando la Boyacá cayó atrás; el viento favoreció un poco, trayendo a la Bolívar a la acción hacia su costado.

Después de dar dos andanadas, y la primera división a estribor con disparos de fusilería, que ella regresó; un constante rugir de cañón que fue mantenido en todos lados, hasta 50 minutos después de las siete pm., cuando la Ceres golpeó a la Bolívar, estando completamente averiada, con sus jarcias cortadas y teniendo algunos disparos peligrosos en su casco. La luz del Morro distante a tres leguas, por el suroeste-oeste.

La Ceres montaba 36 cañones largos de 18 libras y dos menores, y una tripulación de 326 hombres.

La Bolívar, Comodoro Beluche, Capitán (John) Clark, llevaba 23 carronadas de 32 libras, y un cañón largo de 12 libras, con 156 hombres.

La Boyacá, Capitán (Thomas) Brown, tenía 20 carronadas de 22 libras, y dos cañones cortos de 32 libras, y 140 hombres.

La Bolívar no tuvo ningún muerto y solo cuatro heridos, entre ellos estaba el Comodoro Beluche y el teniente Booth, comandante de los infantes, ambos muy ligeramente. La Boyacá no tuvo ningún muerto y solo un herido.[7]

 

            El autor Isidro Beluche, descendiente del CN Renato Beluche, nos narra el combate de forma un tanto más dramática:

 

Beluche, con el arrojo de siempre, tomó la ofensiva y en persecución de las naves enemigas se atrevió a llegar hasta las mismas costas de Cuba, como ocurrió en la noche del 4 de Abril de 1824, cuando al mando de las corbetas “Bolívar” y “Boyacá” batió y apresó a tres leguas del Morro de La Habana a la “Ceres”, nave española de igual tipo, fuertemente artillada con veintisiete piezas y con doscientos cinco hombres de tripulación, de los cuales fueron muertos treinta y el doble heridos en la acción aludida, que fue tan reñida que el propio Comodoro quedó herido en una pierna por lo cual “tuvo que dirigirse a Pensacola en las Floridas, para curarse y reparar las averías de la presa y de sus propios buques. Antes de un año la marina colombiana se desquitó en la “Ceres” del golpe de ésta y la “Constitución” le habían causado el 1° de Mayo del año anterior al apresar las corbetas “Carabobo” y “María Francisca”.[8]

 

            Por más objetiva que sea nuestra mirada, es imposible no admitir que este combate tuvo un sabor a revancha para la Armada de la República de Colombia y para el capitán de navío Renato Beluche en particular. No sólo se coronaba con un gran éxito el crucero, sino que se había capturado a una nave que casi un año antes los había vencido y había apresado dos corbetas colombianas. Para destacar más la victoria, el combate había ocurrido a la vista de las fortificaciones de La Habana; es decir, en las narices del CN Ángel Laborde y Navarro, comandante de la Escuadra de la América Meridional, vencedor en Isla Larga y derrotado en Maracaibo. A pesar de su triunfo, el CN Beluche enfrentaba la dificultad de que la Ceres había quedado severamente dañada, y se encontraba en aguas enemigas. Por ello navegó con su presa a Pensacola (Estados Unidos), puerto al que llegó el 18 de abril. Tras dejar a la Ceres ahí para ser reparada, navegó a Nueva York con el fin de buscar dinero para pagar las reparaciones y enrolar cien marineros. Desde Nueva York envió un reporte a Colombia con fecha del 18 de mayo de 1824 y regresó a Pensacola, arribando el 9 de junio.[9]

            También se supo en el país de la victoria de Beluche gracias a testimonios particulares, como se evidencia en el oficio remitido el 27 de julio por el coronel Francisco Avendaño, Comandante de Armas de La Guaira, al Comandante General del Departamento, el general José Antonio Páez. En dicha misiva, Avendaño escribe que los pasajeros de un bergantín-goleta danés procedente de Nueva York informaron que el CN Beluche se encontraba en el puerto de Mobile, y que se disponía a regresar a Venezuela con la Ceres.[10] Entre tanto, así continuó informando la Gaceta de Colombia el triunfo de la armada nacional:

 

Con el mayor placer comunicamos que una división de nuestra armada compuesta de las corbetas Bolívar y Boyacá al mando del bizarro capitán de navío Beluche ha rendido frente a la isla de Cuba la corbeta de guerra española Ceres de 28 cañones después de un fuerte combate. Aunque no se ha recibido el parte del apresador, tenemos la noticia de un modo positivo por Jamaica y La Habana.[11]

 

Por las gacetas de New York de 14 de mayo referentes a diarios de Pensacola sabemos positivamente el apresamiento de la corbeta de guerra española La Ceres. El 18 de abril llegó a Pensacola el comandante Beluche con nuestras corbetas Bolívar y Boyacá y la presa. Nuestras corbetas se hallaban el 4 de abril frente a La Habana en su crucero cuando descubrieron la corbeta española por barlovento; inmediatamente le dieron caza y a las 7 de la noche la tuvieron a medio tiro de pistola, y descargaron sobre ella la fusilería; la corbeta enemiga contestó por cerca de doce minutos, después se sostuvo un vivo cañoneo hasta 50 minutos después de las 7 de la noche en que se rindió La Ceres a la Bolívar hallándose completamente destrozada su maniobra y teniendo varios balazos de peligro en el casco. Esto sucedió a tres leguas del faro del morro de La Habana. La Ceres montaba 36 cañones de a 18 2 obuses con un total de 326 hombres – De ellos tuvo 30 muertos y 60 heridos, de los cuales han muerto después 30.

La Bolívar al mando del capitán Clarck montaba 22 carronadas de a 32 y un cañón de a 13 con 156 hombres. – Tuvo solo cuatro heridos, entre ellos el comandante Beluche y el teniente Bouch ambos levemente.

La Boyacá al mando del capitán Brown montaba 20 carronadas de a 32 y dos cortas de a 32 con 140 hombres. Tuvo solamente un herido.

Estimamos fácil dar nuevos golpes a la moribunda marina española, si nuestros reglamentos sobre sueldos se reforman atendiendo el pedido de los marineros. Destruida la marina española y aumentada consiguientemente la nuestra, el comercio gozará de mejor protección, y nuestras costas quedarán en perfecta seguridad. Por fortuna cuenta la República con unos oficiales de marina animados de buenos deseos contra la armada enemiga, colmados de gloria, y pesados de un valor extraordinario.[12]

 

            Ya en septiembre, otra nota en la Gaceta de Colombia, resumió completamente la aventura de Beluche, hasta su retorno al país:

 

El capitán de navío Renato Beluche, comandante de una división marítima compuesta de las corbetas de guerra de la República llamadas Bolívar y Boyacá desde Nueva York a 18 de mayo de 1824 anuncia al gobierno que el 4 del próximo pasado abril a las 7 de la noche se ha rendido a la división de su mando la corbeta de guerra española nombrada la Ceres, que navegaba en demanda del puerto de La Habana avistada a tres leguas de el, cuando la atacó. La Ceres estaba armada con veintiséis cañones largos de a diez y ocho y uno de a doce, tripulada con doscientos ochenta y seis hombres y mandada por el teniente de navío don Martín María Espina. El enemigo sufrió tanto en su aparejo y arboladura que le ha sido imposible seguir a uno de los puertos de Venezuela sin haber corrido el riesgo de ser apresado por la escuadra enemiga que dio la vela del puerto de La Habana dos días después del combate. Esta ocurrencia le determinó a seguir al O de la costa de la Florida y tomar el puerto de Pensacola con el objeto de cambiar los palos mayor y mesana de la Ceres que fueron pasados en el combate por cuatro balazos de a treinta y dos de su bordo. De Pensacola tuvo que ir a Nueva York en busca del dinero necesario para remediar las averías de la escuadra y enganchar cien hombres de mar para completar sus tripulaciones. El nueve regresaba para Pensacola con estos auxilios. La corbeta Ceres tuvo en el combate treinta muertos y sesenta heridos: la Bolívar no tuvo más que un herido. Todos los marineros españoles que fueron embarcados por fuerza les puso en tierra a causa de que era imposible conservar tan gran número de enemigos sin estar siempre con las armas en la mano. Los soldados de infantería de marina los mantenía en seguridad a bordo y seguirían con él en todo el mes próximo de junio que verificaría su salida de Pensacola con dirección a Puerto Cabello y se lisonjea que la escuadra saldrá bajo tal pie de fuerza que podrá batir y escarmentar a la enemiga si tratase de oponérsele en su navegación.

El comandante Beluche llegó a Puerto Cabello con su presa sin novedad.[13]

 

            La forma en que fue pagada la reparación de los buques en Pensacola queda revelada con el oficio dirigido tiempo después por el CN Felipe Santiago Estéves, Comandante del Segundo Departamento de Marina, al general Carlos Soublette, Director de la Guerra en el Distrito Norte.

 

República de Colombia - Comandancia General de Marina del 2do Departamento.

Al Excmo. Señor General Director de la Guerra.

Le acompaño a V.E. una copia de la cuenta de gastos hechos en Pensacola con motivo de las averías que sufrieron en el combate de 4 de abril último frente al morro de La Habana las corbetas de guerra Bolívar, Ceres y Boyacá, cuyos documentos me ha remitido el señor comandante general de la escuadra Capitán de Navío Renato Beluche, y las fianzas en el superior conocimiento de V.S. para su debida inteligencia; esperando se sirva tener la bondad de solicitar del Sr. Intendente Departamental el pago de los gastos al Sr. Beluche, o cuando le sea posible reintegrarlo su total impuesto por la escasez de la hacienda pública al menos una parte de el, para salir de los empréstitos que ha contraído en Pensacola aquel benemérito jefe.

Dios[14]

 

            Es decir, Beluche pagó con fondos propios y contrajo deudas en Pensacola para solventar la situación con las tres corbetas en cuestión. No manejamos la información de si la República le canceló posteriormente el dinero gastado, aunque considerando la estrechez financiera del Gobierno y casos anteriores, como el del CN Nicolás Joly y la pérdida del bergantín Gran Bolívar el 8 de mayo de 1823, creemos que es poco probable que Beluche haya recibido el pago correspondiente.

 

 

 

Conclusiones

            Esta operación naval; que ha pasado desapercibida para la mayor parte de la historiografía venezolana, destaca en la historia de la armada colombiana por varias razones: Primera, se trata del segundo crucero lejos de las costas propias que emprenden los buques colombianos para cazar enemigos, lo que muestra que para finales de 1823 e inicios de 1824 la escuadra de Colombia había pasado a una actitud agresiva frente a su enemiga española, buscando tomar la iniciativa en el Caribe. Segunda, este crucero llevó a una victoria sobre la escuadra española, lejos de las costas propias y cerca de las del enemigo, como ya hemos referido; lo que subraya el poder alcanzado y la audacia con la que comenzaba a operar la armada colombiana. Tercera, es la única victoria obtenida por buques regulares de la escuadra colombiana – no corsarios – sobre los españoles en lo profundo del Mar Caribe, siendo pues una operación de largo alcance.

            En este sentido, opina el almirante e historiador Manuel Díaz Ugueto:

 

Ciertamente, después de ésta y otras operaciones navales contra el tráfico marítimo favorable a España, no sucedieron incursiones de importancia de su Real Armada sobre las costas de Venezuela y la Nueva Granada, que juntas formaban entonces, con Ecuador, la República de Colombia. El dominio relativo de las comunicaciones marítimas había sido asegurado por la Armada republicana, con la bien gloriosa victoria alcanzada en Maracaibo y la toma de Puerto Cabello, hechos que facilitaron entonces el empeñar los buques patriotas en interceptar y destruir cualquier intento enemigo.[15]

 

            Resulta evidente que con el Combate Naval del Morro de La Habana se manifestó un importante cambio en la dinámica de la guerra entre España y Colombia. Si el general Briceño Méndez, secretario de guerra y marina, dijo en su exposición al congreso en 1823, que tras la Batalla de Carabobo la guerra había dejado de ser continental para volverse marítima; tras la Batalla Naval del Lago de Maracaibo y la liberación de Puerto Cabello, la contienda se había vuelto totalmente marítima, peleándose mar afuera y no cerca de la costa como hasta 1823. Y más importante aún, el gran cambio era que ahora la armada colombiana – y los corsarios al servicio de Colombia – tendrían la iniciativa estratégica. La victoria en el Combate Naval del Morro de La Habana y la captura de la Ceres demostraron que la Real Armada Española había perdido irremediablemente su empuje en la nueva guerra marítima de larga distancia que libraban ambos bandos. También se demostró el alcance y capacidad ofensiva de la armada colombiana, que empezaba a retar a la española por el control del Caribe.

 

Fuentes Documentales

Archivo General de la Nación “Generalísimo Francisco de Miranda”, Subfondo Revolución y Gran Colombia, Papeles de Guerra y Marina, Tomo LXXXII, folio 22

Index to the miscellaneous documents of the House of Representatives for the Second Session of the Forty - Fifth Congress, 1877 - '78. In 7 volumes. Volume 1.—nos. 1 to 35 inclusive, except no. 31. Washington, Government Printing Office, 1878

 

Fuentes Bibliográficas

Beluche, Isidro. Abordajes. Biografía esquemática de Renato Beluche. Caracas, Comandancia General de la Marina, 1960

Beluche Mora, Isidro A. Renato Beluche. El invencible almirante. Panamá, Imprenta Nacional, 1951

Dávila, Vicente. Acciones de Guerra en Venezuela durante su Independencia. Caracas, Tipografía Americana, 1926

De Grummond, Jane Lucas. Renato Beluche. Smuggler, Privateer and Patriot 1780-1860. Baton Rouge, Louisiana State University Press, 1983

Duane, William. A visit to Colombia, in the years 1822 & 1823, by Laguayra and Caracas, over the Cordillera to Bogota and thence by the Magdalena to Cartagena. Filadelfia, Impreso por Thomas H. Palmer, 1826

Jiménez López, Hadelis. Lino de Clemente y Palacios. Forjador de la Fuerza Armada Nacional. Caracas, Editorial Tecnocolor, 2006

Selig, Steven M. Draughts: The Henry Eckford Story. Scottsdale – Arizona, Agreka History Preserved, 2008

Vargas, Francisco Alejandro. Historia Naval de Venezuela. Caracas, Comandancia General de la Armada, 1989

Vargas, Francisco Alejandro. (Colaboradores: Hadelis Solangel Jiménez López y Eladio Jiménez Rattia). Nuestros Próceres Navales. Caracas, Armada de la República Bolivariana de Venezuela y Editorial Tecnocolor, 2010

 

Fuentes hemerográficas

Díaz Ugueto, Manuel. “La Captura de la Corbeta de Guerra Española “Ceres”, frente a La Habana en 1824 y el dominio marítimo de La Gran Colombia en el Mar de Las Antillas” en Revista de la Armada, N° 29, 19 de abril de 1993

Negrón Rangel, Noris. “Contralmirante Renato Beluche. Un marino extranjero con corazón venezolano” en Revista de la Armada, Nº 44, julio de 2003

Sin Autor. “Colombian Naval and Military Force” en The Baltimore Gazette and Daily Advertiser. Baltimore, 15 de marzo de 1826. Volume 65, p. 2

Sin Autor. “Marina Colombiana”. Gaceta de Colombia. Bogotá, domingo 13 de junio de 1824. N° 139, p. 2

Sin Autor. “Marina Colombiana”. Gaceta de Colombia. Bogotá, domingo 4 de julio de 1824. N° 143, p. 2

Sin Autor. “Marina”. Gaceta de Colombia. Bogotá, domingo 26 de septiembre de 1824. N° 154, p. 1

Sin Autor. Rhode Island American. Providence (Rhode Island), 29 de marzo de 1825

 

Fuentes electrónicas

“Eckford, Henry” en Neptunes Needle. Disponible en: http://neptunesneedle.wikischolars.columbia.edu/Eckford,+Henry (Descargado On Line el 12 de agosto de 2015 a las 04:35 pm)

Etcheverry, Gerardo. “Principales naves de guerra a vela de Gran Colombia” en Todo a babor. Disponible en: http://www.todoababor.es/datos_docum/nav_grancolombia.htm  (Revisado On Line el 03 de agosto de 2015 a las 06:08 pm)

Hopkins, Fred. “For Freedom and Profit: Baltimore Privateers in the Wars of South American Independence” en The Northern Mariner/Le Marin du Nord, XVIII Nos. 3-4, (Julio - Octubre de 2008), p. 102. Disponible en: http://www.cnrs-scrn.org/northern_mariner/vol18/tnm_18_3-4_93-104.pdf (Descargado On Line el 04 de abril de 2017 a las 08:42 am)

Hopkins, Fred. “For Flag and Profit: The Life of Commodore John Daniel Danels of Baltimore” en Maryland Historical Magazine, Vol. 80 Nº 4, Invierno de 1985. Disponible en: http://msa.maryland.gov/megafile/msa/speccol/sc3500/sc3520/015400/015464/pdf/danels_mhm.pdf (Descargado On Line el 31 de marzo de 2017 a la 01:15 pm)

National Maritime Museum of Greenwich: http://www.rmg.co.uk/national-maritime-museum

Secretaría de Guerra y Marina de la República de Colombia y Carlos Soublette. “Esposición del secretario de Marina presentada al Congreso de 1826 [recurso electrónico] / [Carlos Soublette]”. Bogotá, Imprenta de Espinosa, por Valentín Molano, 1826. Catálogo online de la Biblioteca Nacional de Colombia. Disponible en: http://www.bibliotecanacional.gov.co/recursos_user/digitalizados/fpineda_350_pza27.pdf, p. 8

https://todoavante.es/index.php?title=Ceres_%281817%29



[1] Nos referimos a la República de Colombia, el Estado existente entre 1819 y 1830, debido a la fusión de Venezuela, Nueva Granada y Quito, y que tuvo un rol protagónico en las Guerras de Independencia de Hispanoamérica.

[2] Francisco Alejandro Vargas. (Colaboradores: Hadelis Solangel Jiménez López y Eladio Jiménez Rattia). Nuestros Próceres Navales (Tomo II), p. 90

[3] Steven M. Selig. Draughts: The Henry Eckford Story, p. 104 

[4] Index to the miscellaneous documents of the House of Representatives for the Second Session of the Forty - Fifth Congress, 1877 - '78. In 7 volumes. Volume 1.—nos. 1 to 35 inclusive, except no. 31. Washington, Government Printing Office, 1878, p. 32

[5] Duane, William. A visit to Colombia, in the years 1822 & 1823, by Laguayra and Caracas, over the Cordillera to Bogota and thence by the Magdalena to Cartagena. Filadelfia, Impreso por Thomas H. Palmer, 1826, p. 11

[6] Manuel Díaz Ugueto. “La Captura de la Corbeta de Guerra Española “Ceres”, frente a La Habana en 1824 y el dominio marítimo de La Gran Colombia en el Mar de Las Antillas” en Revista de la Armada, N° 29, 19 de abril de 1993, p. 83 – 84

 

[7] Jane Lucas De Grummond. Renato Beluche. Smuggler, Privateer and Patriot 1780-1860, pp. 226 – 227. Cita a: National Gazzette and Literary Regíster. Filadelfia, 15 de mayo de 1824

[8] Isidro Beluche. Abordajes. Biografía esquemática de Renato Beluche, p. 75

[9] Jane Lucas De Grummond. Ob. Cit., p. 227

[10] Archivo General de la Nación “Generalísimo Francisco de Miranda”, Subfondo Revolución y Gran Colombia, Papeles de Guerra y Marina, Tomo LXXVIII, folio 293

[11] “Marina Colombiana”. Gaceta de Colombia. Bogotá, domingo 13 de junio de 1824. N° 139, p. 2

[12] “Marina Colombiana”. Gaceta de Colombia. Bogotá, domingo 4 de julio de 1824. N° 143, p. 2

[13] “Marina”. Gaceta de Colombia. Bogotá, domingo 26 de septiembre de 1824. N° 154, p. 1

[14] Archivo General de la Nación “Generalísimo Francisco de Miranda”, Subfondo Revolución y Gran Colombia, Papeles de Guerra y Marina, Tomo LXXXII, folio 22

[15] Manuel Díaz Ugueto. “La Captura de la Corbeta de Guerra Española “Ceres”, frente a La Habana en 1824 y el dominio marítimo de La Gran Colombia en el Mar de Las Antillas” en Revista de la Armada, N° 29, 19 de abril de 1993, p. 86

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